En la antigua acrópolis de Cumas, ubicada en Campania, Italia, coronada por los restos del templo a la tríada capitolina (formada por Júpiter, Juno y Minerva), hay una gran cueva artificial por la que se puede penetrar en el mismísimo “antro” de la Sibila de Cumas. Se trata de una galería de más de 130 metros de longitud excavada en la roca volcánica, que conduce a una gran sala abovedada. Allí moraba la “casta”, la “frenética”, la “aterradora”, la “profetisa” Sibila, como la llama sucesivamente Virgilio en la Eneida.
Cumas, la colonia griega más antigua en Italia, conoció un período de esplendor allá por los siglos VI-V a.C. y fue entonces cuando comenzaron la actividad y la fama de este santuario adivinatorio, similar a otros existentes en Grecia, como el poderosísimo de Delfos. Era un importante centro de peregrinación todavía a inicios de esa era.
Antro de la Sibila
Orígenes