Al primero de ellos, empezando por la izquierda, se le conoce como Ptah: "el señor de la magia" o "señor de la oscuridad”. Al segundo coloso se le conoce por Amón-Ra: un dios omnipresente en todas las cosas. Este gigante se rompió al poco tiempo de su construcción y no fue restaurado ya que la UNESCO quiso mantener los templos en el mismo estado en el que los encontró.

El tercer coloso es Ramsés II divinizado: se hizo encarnar a modo de dios, llegándose a representar junto a ellos en el santuario y el cuarto Ra-Horajti : el dios del sol, el dios de la vida, dándola y quitándola, e incluso resucitando a los muertos, de ahí su importancia en los monumentos fúnebres.

A los pies de estas 4 figuras de piedra se pueden encontrar otras de menos dimensiones que representan a distintos miembros de la familia de Ramsés II como su madre “Tuya”. También se encuentra representado el príncipe Amenhirjopshef y las princesas Bintanat, Baketmut, Nefertari, Meritamón, Nebtaui, Isetnofret y la Reina Nefertari.